From the Pastor Desk –
“THE PUBLICAN WENT DOWN TO HIS HOUSE
JUSTIFIED; THE PHARISEE DID NOT. “
- On this Sunday, the Gospel severely judges the Pharisees,
a group of nationalistic Jews, mostly rigorist, traditional and
legalistic laypeople. They do not grasp the need for conversion,
are very attached to their personal opinions, and despise the
humble. Pride prevented them from knowing Jesus as the one
sent by God. Generally, Phariseeism is more attentive to the law
than the spirit and makes a man more arrogant and hypocritical;
today, the Pharisees are those who are guided by hidden rules
and act scandalizing others and defend themselves when it is
convenient for them. The publican’s attitude was humble and
valued by God because he remained at a distance from the
others; he recognized himself as a sinner; therefore, the one who
humbles himself will be exalted, and the one who exalts himself
will be humiliated.
- On this Sunday, the Gospel severely judges the Pharisees,
a group of nationalistic Jews, mostly rigorist, traditional and
legalistic laypeople. They do not grasp the need for conversion,
are very attached to their personal opinions, and despise the
humble. Pride prevented them from knowing Jesus as the one
sent by God. Generally, Phariseeism is more attentive to the law
than the spirit and makes a man more arrogant and hypocritical;
today, the Pharisees are those who are guided by hidden rules
and act scandalizing others and defend themselves when it is
convenient for them. The publican’s attitude was humble and
valued by God because he remained at a distance from the
others; he recognized himself as a sinner; therefore, the one who
humbles himself will be exalted, and the one who exalts himself
will be humiliated.
- How much we profitfrom prayer when we pray from the
heart and in closeness to God. Today hedonism and the utilitarian
currents of the world have caused many of our brothers to lose
the path of faith for lack of religious and moral identity. It is the
eagerness of those who live only concerned about the world’s
goods, not those of heaven.
- Let us remember that we do not go to Mass to justify or
boast but to be justified and give glory to God in accepting and
understanding the brethren.
- Let us remember that we do not go to Mass to justify or
boast but to be justified and give glory to God in accepting and
understanding the brethren.
Blessings,
Father Gabriel Jaime Toro R – Pastor
Desde el escritorio del Padre Gabriel Toro:
“EL PUBLICANO BAJÓ A SU CASA JUSTIFICADO, EL
FARISEO NO”.
- En este domingo, el Evangelio juzga con severidad a
los fariseos, grupo de judíos nacionalistas, en su mayoría laicos
rigoristas, tradicionales y legalistas. Ellos no captan la necesidad
de conversión y son muy aferrados a sus opiniones personales,
desprecian a los humildes. La soberbia les impidió conocer a
Jesús como enviado de Dios. Por lo general el Fariseísmo esta
mas atento a la letra que al espíritu, y hace al hombre mas
soberbio e hipócrita; hoy en día los fariseos son los que se
guían por unas normas escondidas y actúan escandalizando a
los demás y se defienden cuando les conviene. La actitud del
publicano fue humilde y valorada por Dios, pues se quedo a
distancia del otro, se reconoce pecador; por lo tanto, el que se
humilla será ensalzado y el que se ensalza será humillado.
- En la primera lectura del libro del Eclesiástico, los
gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios
nos descansan; no cesan hasta que Dios los atienda y el juez
justo les haga justicia. De ahí tan importante la oración de los
fieles, cuando todos como comunidad, como pueblo de Dios,
acudimos a su infinita clemencia pidiendo auxilio. Esto lo
reafirmamos con el salmo del día: “Si el afligido invoca al Señor,
Ello escucha y lo libra de sus angustias”.
- Cuanto provecho sacamos de la Oración cuando la
hacemos de corazón y en cercanía con Dios. Hoy el hedonismo
y las corrientes utilitaristas del mundo han hecho perder el
camino de la fe en muchos de nuestros hermanos, por falta de
identidad religiosa y moral. Este es el afán de los que viven solo
preocupados por los bienes del mundo, no por los del cielo.
- Ante las batallas y dificultades que vivió en carne propia
el Apóstol San Pablo, podemos decir, como el, que a todos nos
aguarda una corona merecida, como gran recompensa para
quienes esperamos ser liberados de todo mal en la eternidad.
“He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he
mantenido la fe”. El Señor segura librándome de todo mal, me
salvara y me llevara a su reino del cielo.
- y me llevara a su reino del cielo.
Recordemos que a la Misa no vamos para justificarnos o
vanagloriarnos, sino para ser justificados y dar gloria a Dios en
la aceptación y comprensión de los hermanos.
¿Ya dimos los diezmos e hicimos ayuda para las misiones
en el mundo entero? Aprovechemos nuestra parroquia para
que abonemos para la vida eterna.
Con mi cariño y bendición.
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- Bendiciones,
Padre Gabriel Jaime Toro R – Pastor
- Bendiciones,
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